Creo que no conozco aún a nadie al que no le gusten las croquetas. Y como cualquiera diría: "Las mejores croquetas son las de mi Madre". Yo aún no le tengo cogido el punto para conseguir la textura ultrasuave que ella consigue en sus croquetas de pollo (para mi las mejores); pero he innovado y empiezo a hacer cosas nuevas y el resultado excelente.
Ingredientes:
200 gr. de champiñón
aceite
cayena, ajo y sal
50 gr. de mantequilla
50 gr. de harina
1/2 litro de leche
Sal y pimienta
50 gr. de harina
1/2 litro de leche
Sal y pimienta
Huevo
Pan Rallado
Lo primero es echar un poco de aceite, lo suficiente para que el fondo de una sartén quede cubierto. Laminar un diente de ajo y dorarlo en la sarten junto con la cayena. Una vez listo, incorporar los champiñones y dejarlos a fuego lento hasta que esten bien hechos. Reservamos.
Por otro lado hay que cocinar en un cazo la harina en la mantequilla, dando vueltas con una cuharada de madera a fuego lento. Una vez terminado, añadir la leche poco a poco. Hasta conseguir la textura adecuada.
Tened en cuenta que al reposar espesará aún más, así que dejadlo un puntito menos espeso.
Una vez que tengamos la bechamel lista mezclar con los champiñones y con el aceite que hemos usado para freirlos.
Lo vertemos en un recipiente con medidas adecuadas y lo dejamos reposar como 6 horas.
Una vez listo, toca hacer la forma y freirlas. Así que debemos batir un huevo y poner en unos platos hondos, pan rallado y el huevo batido.
Con una cuchara cogemos la cantidad de bechamel que que
remos usar. La mojamos en el huevo y las pasamos por el pan rallado.
remos usar. La mojamos en el huevo y las pasamos por el pan rallado.
Se frien unos minutos, 5 min aproximadamente; a un maximo de 170º de aceite.
Ya tenemos unas deliciosas croquetas listas.